¿Se puede explicar la pasión? Creo que no, solo sé que muchas veces se hereda, lo sintió mi viejo y ahora lo vive uno de mis hijos, y lo mas inexplicable es que cuando la situación está peor, mas hincha, mas fanático se pone. All Boys vuelve a vivir un presente complicado, quizás no tan grave como la de una década atrás, pero con una deuda de 10 millones de pesos, un equipo casi afuera de la lucha por volver a la A, con algunos jóvenes que tienen proyección pero que seguramente los hinchas no podremos disfrutar mucho porque serán vendidos, con dos íconos del club como Sanchez y Cambiasso que pronto dirán adiós, todo eso muestra una actualidad difícil.
El barrio acompaña aunque esté dolido, se entusiasmó y fue feliz durante cuatro años, pero en algún momento alguien quiso ponerles un traje que le quedaba grande, y el hincha se sintió incómodo, y aunque lloró, el descenso, era un final inexorable.
Hoy lo mas fácil es criticar la gestión anterior, muchos caemos en esa, pero quedarnos ahí es chiquitaje, hay que recordar el pasado para no cometer los mismos errores en el futuro, para tratar de construir o reconstruir, y eso solo se conseguirá con el esfuerzo de los socios y simpatizantes, con gente que quiera al club y desee poner el hombro. Entre todos se sale de la crisis.
Alguna vez, mientras recorría la ciudad de Nuremberg durante el Mundial de Alemania, vi un documental donde los habitantes de esa ciudad, la mas bombardeada en la Segunda Guerra, se juntaron y dijeron: “Aquí ya no hay ricos ni pobres, vamos a comer y a cagar en el mismo lugar, si nos unimos podremos salir adelante.
Y así fue, si ellos pudieron en una situación límite, ¿por qué no nosotros? En un club de fútbol es imposible dejar los resultados en segundo plano y aunque uno intente explicar que lo mas importante es el “campeonato económico”, si no ganas en cada fecha, parece que nada sirviera.
Pero hoy el Albo necesita volver a ganar “ese” campeonato para volver a ser, como canta la hinchada “en las malas mucho mas”, y ahí estaremos, a veces en la tribuna, otras veces sufriendo por radio o televisión, pero siempre con el sentimiento a flor de piel y con las manos libres para volver a ayudar, porque una historia de mas de 100 años no se mancha.
Emiliano Pinsón
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