ALL BOYS LA SUBCOMISIONCOMISION DE CULTURA Y LA ASMBLEA BARRIL DE FLORESTA NO OLVIDA MAXI CRISTIAN Y ADRIAN PRESENTES !!!!!
El jueves 29 de diciembre se cumplieron 15 años de la masacre de Floresta y desde las 17 horas, en la plaza Velez Sarsfield se realizó el festival por los Pibes de Floresta contra la violencia institucional, organizado por la Asamblea Barrial de Floresta en conjunto con otras organizaciones y con la colaboración de la Subcomisión de Cultura del Club Atlético All Boys.
Muchos vecinos del barrio pudieron acercase a rendir homenaje a Maxi, Cristian y Adrián en un festival que tuvo bandas en vivo y la proyección de videos. Además, el festival acompañó a las madres, familiares y amigos que asistieron a la misa celebrada en la iglesia de la Candelaria.
Una vez finalizada la misa, se sumaron al evento Silvia Irigaray (Mamá de Maxi) y Elvira Torres (Mamá de Cristián). Ellas expresaron su agradecimiento por la organización del festival e hicieron presentes a los pibes en sus palabras. Elvira agradeció el hecho de recordarlos con alegría y música, Cristian tocaba en La Gaucha. Y Silvia señaló la particularidad de Floresta, “el barrio siempre nos acompañó” y evocando las palabras que le decía Maxi “el barrio es una masa”.
Floresta le rindió homenaje a los pibes tras 15 años de la masacre de Floresta e intentó visibilizar una problemática actual, que atraviesa a todos el país, la violencia institucional.
La Subcomisión de Cultura del Club Atlético All Boys agradece a todos los que se acercaron a rendir homenaje a los pibes fusilados en Floresta como así también a los que hicieron posible la realización del evento.
Solo con memoria se puede entender el presente y mirar hacia el futuro.
All Boys no olvida.
Maxi, Cristian y Adrián presentes!!!
En las paredes del barrio
Nando Varela Pagliaro
Se llamaban Maxi, Adrián y Cristian. Tenían entre veintitrés y veinticinco años. De los tres, yo sólo conocía a Maxi. Iba conmigo al gimnasio y todos los jueves jugábamos juntos a la pelota en la canchita del Poli. Le gustaba tocar la batería y escuchaba a “Los Pistols”. Muchos le decíamos “Maxsid”, por Sid Vicious, uno de sus ídolos. Ese viernes de diciembre de 2001, los tres habían estado en el cacerolazo, que se hizo en Floresta, pidiendo “que se vayan todos”. Entrada la madrugada del sábado, como tantas veces, fueron a tomar algo al barcito de la estación de servicio de Gaona y Bahía Blanca. Ahí se encontraron con Quique, el pibe de la gomería de enfrente. Los cuatro se sentaron alrededor de una de las mesas y mientras compartían una cerveza, miraban atentos la televisión del local. Las imágenes mostraban escenas de los disturbios ocurridos la noche anterior a la renuncia de Adolfo Rodríguez Saá. En pantalla, se veía a varios manifestantes golpeando a un policía. “Está bien, si es lo mismo que hicieron ellos la semana pasada”, dijo Maxi. “Hasta acá, basta” fue lo único que salió de la boca de Juan de Dios Velaztiqui, un suboficial retirado de la Federal que custodiaba la estación. Después sacó su arma, se paró al lado de Maxi y le disparó en la sien. Siguió con Cristian, a quien le tiró en la nuca y por último le apuntó al estómago de Adrián. Quique, el pibe de la gomería, pudo escaparse.
Desde el 5 de agosto de 2012, Velaztiqui, por el beneficio del arresto domiciliario, que la justicia otorga a los mayores de setenta, cumple condena en la casa de su hija en Berazategui.
Maxi, Adrián y Cristian no pudieron llegar a los setenta. Sólo tenían entre veintitrés y veinticinco años. Este 29 de diciembre se van a cumplir trece años de lo que se conoce como la Masacre de Floresta. Por siempre, sus caras y sus nombres seguirán pintados en muchas paredes del barrio.
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